Cada etapa de la vida tiene nuevos retos que superar y la tercera edad no es diferente a las demás. En esta etapa la autorrealización es el reto o meta a alcanzar, sin embargo, pueden encontrarse diferentes obstáculos que impiden la resolución adecuada de la edad.
Los obstáculos pueden ser de índole muy variada. Algunos de los problemas para afrontar, vivir y alcanzar la plenitud de la satisfacción propia de esta edad, es que pueden ser muy comunes los duelos no resueltos, los cuales a su vez también son de naturaleza polifacética.
Tanto pueden ser debido a pérdidas de personas importantes o grandes afectos. Así como, pueden ser por perdida de la agudeza sensorial tales como la audición, vista, elocuencia de pensamiento, etc.; el añorar los “buenos tiempos” y la juventud, son solo algunos de los duelos que se deben trabajar en psicoterapia para poder aceptar las grandes satisfacciones propias de la etapa.
El cambio drástico de actividades, también puede causar negación (primera etapa de duelo) que inhibe la aceptación y reacomodación de una vida laboral a la jubilación. En numerosas ocasiones, la jubilación es una etapa que se está negada a conocer y disfrutar por tratar de resistirse al cambio natural del descenso de actividades que llenaban los días de la semana. Ahora el reto seria encontrar el gusto propio para disfrutarse a sí mismos y a su entorno.
Siguiendo lo anterior, está claro que esta etapa se encuentra repleta de pérdidas de toda clase, cosa que suele inducir al decaimiento del estado de ánimo y calidad de vida. No obstante, el éxito de la psicoterapia se encuentra asegurado únicamente con la constancia y deseo firme de afrontar las satisfacciones que esta edad puede brindar.
La mejor manera de reencontrarse consigo mismos, es iniciando un proceso psicoterapéutico, de forma que esto, brinde la oportunidad de vivir plenamente la edad, disfrutando cada una de las cosas que ésta trae consigo.
Por: Katerina Ganibegović