La inseguridad puede estar basada en el aspecto físico, en miedos de hacer el ridículo en sociedad, incapacidad de dirigirse a otras personas, o cualquier característica que la persona siente que le falta tener o que no está como debiera.
En casos crónicos que no se han tratado puede llevar a la paranoia, timidez patológica o aislamiento social.
La falta de seguridad de una persona es derivada de la baja autoestima, que en el caso de ser crónica, encuentra sus orígenes en la infancia. Los padres deben de tener la capacidad de inducir una confianza básica en el niño a muy tierna edad.
Si los papas o cuidadores no tuvieron la cualidad de fortalecer la seguridad en la firmeza de las decisiones del infante, éste no sabrá como enfrentarse a las decisiones de adulto.
Tener la seguridad en sí mismo no es únicamente tomar firmemente decisiones, sino también, saber cuál es el precio de no haber tomado la decisión correcta y estar dispuesto a pagar el precio. Esto es lo que define la fortaleza o seguridad de una persona.
Si se presentan problemas en la escuela con compañeros abusivos (bullying); menosprecio de parte de los padres o maestros, se introduce una inseguridad en el niño. Si a esta situación, no se le pone fin con una solución que incluya apoyo parental, psicológico o académico, es probable que no se remplace esa inseguridad personal, por seguridad necesaria para construir una autoestima sólida.
Es posible superar la inseguridad o regenerar una autoimagen dañada. La única manera de hacerlo es a través de la psicoterapia. Para lograrlo, se requiere de mucha paciencia, trabajo personal, constancia y tiempo.
Por medio de este proceso terapéutico, la persona hallara su verdadera calidad personal, que podrá usar para obtener seguridad en sí misma y/ o en los demás. Porque alguien que no confía en sí mismo, difícilmente, confiara en los demás.
Por: OPP México