Resumen:
Se examinó la condición del sobrepeso infantil y su relación con algunas características del funcionamiento familiar con una metodología cuantitativa. Se llevó a cabo una adaptación para una población infantil de la Escala General del Funcionamiento Familiar desarrollada por Atri (1987, 1993) en conjunción con la Escala de Funcionamiento Familiar para Niños Mexicanos entre 7 y 11 años de edad (Cárdenas, 2007), en donde participaron 432 niños estudiantes de ambos sexos entre 7 y 11 años de edad.
Los reactivos se agruparon en cuatro dimensiones: comunicación y apoyo, cohesión, expresión de afecto y reglas y roles. Posteriormente, un grupo de 75 participantes con sobrepeso se comparó con un grupo del mismo tamaño. Los resultados arrojaron diferencias significativas en las cuatro dimensiones contenidas en el instrumento, por lo que se comprobó que las familias de los niños con sobrepeso, tienen características de funcionamiento diferentes a las familias de niños con un peso normal.
Abstract:
We examined the relationship between overweight and some characteristics of family functioning in a mexican children sample with a quantitative methodology. We adapted for a child population the General Scale of Family Functioning developed by Atri and the Family Functioning Scale for Mexican Children between 7 and 11 years of age, We included 432 children between 7 and 11 years of age.
The items were grouped in four dimensions: communication and support, cohesion, emotional expression and social rules and roles. Subsequently, a group of 75 children with overweight were compared with a control group. The results showed significant differences in the four dimensions of the scale.Differences in family functioning were found between groups.
Introducción
En la actualidad, el sobrepeso y la obesidad infantil en México son un problema de gran preocupación debido a su alarmante aumento en los últimos años. La mayoría de las investigaciones y explicaciones han adoptado una perspectiva biológica, psicológica o sociológica, mientras que poca atención ha sido puesta en la familia (Loader, 1985). Estudios recientes, tanto cuantitativos como cualitativos muestran que los miembros de la familia tienden a subestimar el problema del sobrepeso infantil (Davis, Young, Davis y Moll, 2008; Pagnini, King, Booth, Wilkenfeld & Boote, 2009), lo que obstaculiza los esfuerzos para prevenir y tratar efectivamente esta condición (Reilly, 2007). Debido a esto, la obesidad infantil ha sido descrita como "prácticamente invisible" (Baur, 2005).
Es un hecho que el sobrepeso infantil en la mayoría de los casos es un factor determinante para la obesidad en la edad adulta (Banis, Varni, Wallender, Korsch, Jay, Adler, García-Temple & Negrete, 1988; Wang & Dietz, 2002). En casi todos los casos, la obesidad infantil es el resultado de un estilo de vida que fomenta la ingesta de calorías (comer) por sobre el gasto de las mismas (actividad física) (Reilly, 2007).
En México, los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Prevención (ENSA) de la Secretaría de Salud (2006) muestran que la incidencia y prevalencia del sobrepeso y la obesidad en México han aumentado de manera progresiva durante los últimos 20 años, hasta alcanzar cifras de 10 a 20% en la infancia. Recientemente se habla de que México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil (Téllez, 2010).
A pesar de que la percepción ampliamente difundida de que el sobrepeso y la obesidad infantil es un asunto de estética, la evidencia que arrojan las investigaciones muestra que tiene importancia para la salud física de los individuos (Reilly, 2007; Rossner, 2002; Wang & Dietz, 2002), implicaciones psicológicas y sociales (Banis et al., 1988; Davis et al., 2008; Kinston, Loader, Miller & Rein, 1988; Loader, 1985; Stradmeijer, Bosch, Koops & Seidell, 2000; Wilkins, Kendrick, Stitt, Stinett & Hammarlund, 1998), así como altos costos financieros para el sistema de salud (Rossner, 2002; Wang y Dietz, 2002).
Existe una importante diferencia en cuanto a los problemas de autoestima entre niños y niñas con obesidad infantil. Se ha encontrado que niños de ambos sexos pueden mostrar baja autoestima, pero conforme los varones crecen, la autoestima se recupera en cierto nivel, mientras que en las niñas ésta se deteriora más a medida que crecen (Stradmeijer et al., 2000). En las niñas en particular, existe una marcada tendencia a presentar problemas de socialización con los demás niños en la escuela, así como calificaciones escolares más bajas en comparación con las niñas sin obesidad (Datar & Sturm, 2006; Stradmeijer et al., 2000).
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Por: Francisco Ortega