El darse cuenta de los avances en algún tema de nuestras vidas, es parte de un proceso de consciencia y aprendizaje.
Pensemos en que llevamos mucho tiempo llevando dietas y practicando cierta rutina de ejercicio físico, por cualquiera de las razones que nos motive a ello.
Sucede que al paso del tiempo, después de tanto esfuerzo, no nos damos cuenta o pensamos que no hay avances ni diferencias. Sí, es verdad que hay que hacer ciertas modificaciones para que no se acostumbre el cuerpo; aquí el punto que quiero abordar es que normalmente estamos inmersos en esos cambios y en muchas ocasiones no logramos distinguir avance alguno. Esa puede ser una de las razones por lo cual nos desmotivemos para seguir esforzándonos.
Para ello es muy importante diseñar un plan, que claro, puede ser modificado en el proceso, ya que todo el tiempo estamos aprendiendo.
Lo importante además de la meta y el plan, es revisar el recorrido y el aprendizaje ganado. Por eso es recomendable llevar un registro de avances, poner en claro con datos cuantitativos y cualitativos la meta y buscar referentes, claro sin llegar a ser obsesivos.
También creo muy importante anotar “el cómo me sentí hoy” repasar antes de dormir o por la tarde, los avances conscientes que voy notando que me acercan a mi meta, así como las acciones que detecto en mí, que me alejan o sabotean y justo allí hay mucho que indagar.
También es válido replantear la meta y pensar en el tiempo considerado para lograrlo, ya que en mi experiencia sobre todo en el tema de bajar de peso y construir un cuerpo estético, he observado de inicio, planteamiento de metas irreales con pacientes, que arriesgan su salud y que son casi metas “planeadas a fallar”. Es por eso tan importante asesorarse y recibir un tratamiento o acompañamiento y coaching, para aclarar objetivos alcanzables y asistidos.
Más que pensar en una meta de “fácil” acceso y de poca duración, el secreto está en hacer pequeñas modificaciones duraderas que vayan construyendo un estilo de vida y que se note más aún con el paso de los años.
Redundando un poco en lo que mencioné del recorrido a la meta, es poder hacer más consciente el aprendizaje y sobre todo el disfrutar el camino, más que los elogios externos y metas temporales, es buscar más allá del ego, allí desde lo más honesto de nosotros mismos por qué y para qué quiero llegar a esa meta.
Así no habrá sacrificio doloroso, se tornara como algo muy divertido, con un gran aprendizaje y satisfacción personal.
Tu sanación es mi sanación.
Por: María José Ortíz Osorio